sábado, 4 de junio de 2016

Crisis política y social en el Porfiriato

Crisis política

El porfiriato se caracterizó por la inoperancia de los principios democráticos establecidos en la Constitución y por la inexistencia de las garantías individuales; por la imposición de la dictadura y por la proliferación del caciquismo. 
El lema político del porfiriato fue " Poca política y mucha administración ". Al poner en práctica este lema, Díaz nulificó las garantias individuales, limitó la libertad de imprenta, suprimió el sufragio popular y sojuzgó la independencia de los poderes legislativo y judicial, a la vez que centralizó el poder de la nación. Los funcionarios de Díaz se encargaban de mantener y hacer respetar la autoridad del dictador mediante el terror y el caciquismo

Crisis económica-social

Al iniciarse el siglo XX el desarrollo económico del porfirismo perdió impulso, la tasa de crecimiento de la producción industrial disminuyó, los productos agrícolas como el maíz y el frijol aumentaron de precio, lo que redujo el consumo interno de la mayoría de la población hasta en un 57%. Naturalmente el mayor peso de la crisis lo resistieron los trabajadores.
Para 1905 el gobierno realizó una reforma monetaria, adoptando como respaldo de la moneda mexicana el patrón oro, antes había sido la plata, fijando la paridad en dos pesos plata por dólar, lo que equivalía a una devaluación del 50%, medida que provocó inflación, deterioro de los salarios y aumento de la deuda externa. Situación que aprovecharon los extranjeros para adquirir empresas y bienes raíces a muy bajos precios.
Sin embargo fue la crisis económica mundial de 1907 la que frenó el desarrollo del país. Iniciada en Nueva York, Estados Unidos, fue la primera crisis financiera del capitalismo moderno, las causas que la originaron fueron la ambición de los capitalistas, la especulación con las acciones de bancos, minas y ferrocarriles y la falta de regulación financiera, situación que provocó la reducción de los precios internacionales de las materias primas impactando las economías de los países menos desarrollados como México. En nuestro país, la crisis provocó aumento de los precios de los productos alimenticios y las materias primas, desempleo y miseria.
La situación económica afectó a las clases altas y medias (hacendados, comerciantes, rancheros e industriales), pero principalmente a las clases bajas, que como siempre, resistieron la crisis, agravándose los problemas sociales y políticos. Hacia 1907 muchas minas y fábricas textiles cerraron y despidieron a sus trabajadores. En el campo los conflictos se generaron por el deslinde de terrenos baldíos, la colonización, la desamortización de las tierras y el sistema de peonaje. En las zonas urbanas, aumentó el desempleo, la prolongación forzada de la jornada de trabajo, los despidos injustificados, la represión de los capataces. Pero a pesar de la represión y de las prohibiciones se organizaron importantes huelgas así como numerosos movimientos de rebeldía campesina, entre los que podemos mencionar a los Yaquis y Mayas.
Al igual que en los países industrializados surgió en México una lucha obrera por salarios dignos, descanso dominical, jornada de 8 horas, reglamentación del trabajo infantil y de la mujer, pago de indemnizaciones por accidentes laborales, entre otras demandas. Así ferrocarrileros, mineros, tabaqueros, panaderos, transportistas y trabajadores textiles formaron los primeros sindicatos desafiando la prohibición establecida por el gobierno. Entre 1900 y 1905 el número de huelgas fue de 29, y de 1905 a 1910 de 106, algunos de estos conflictos se convirtieron en verdaderas rebeliones, como la de los mineros en Cananea, Sonora y la de los obreros textiles en Río blanco, Veracruz.

La crisis económica es uno de los factores que repercutieron para el estallido de la Revolución Mexicana a finales del porfirismo.



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